Cerrá los ojos y tomá conciencia de tu cuerpo. No hagas nada, sólo notar cómo está tu cuerpo en este momento…
Ahora prestá atención a tu respiración. Sentí cómo entra y sale el aire… Fijate si se mueve alguna parte de tu cuerpo al respirar…
Relajá el cuerpo, lo que puedas, sin forzarlo…
Ahora dejate llevar, sin hacer nada, simplemente sintiendo el cuerpo y escuchando la respiración…
Si aparecen pensamientos, imágenes o emociones está bien, dejalos que vengan y se vayan…
Descansá tu mente… Por un momento no hay nada que hacer, podés relajarte y sentirte bien…
Ahora inhalá profundo por la nariz y soltá el aire por la boca, dos o tres veces…
Ahora hacé lo mismo pero con el sonido ¡Aaaaa! al exhalar para que salgan las tensiones del cuerpo y las preocupaciones de tu mente…
Finalmente imagínate haciendo este ejercicio en algún momento de tu vida cotidiana, para sentirte bien y que todo funcione mejor.
¡Suerte con esta meditación!